¡Ejemplo Redentor!
“¡Ejemplo
Redentor!” - Lucas 15:1-7
En Lucas
15:1-7 Jesús nos cuenta la parábola de la oveja
perdida. En ella el Señor comparte acerca de las realidades comunes y
rutinarias de la vida de la gente de esa época, exponiendo sobre un hombre que
lleva en serio su tarea como pastor.
Esa parábola
es muy significativa, pues no sólo revela cómo debe actuar un pastor de ovejas,
sino retrata como el propio Maestro actuó como el buen pastor de la humanidad y
cómo sus seguidores deben actuar delante del pastoreo de la gente. Refiriéndose
a sí mismo Jesús dijo en Juan 10:11: “Yo
soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.” Después, en
Juan 21:16b refiriéndose a Pedro, Jesús dijo: “Pastorea mis ovejas”.
Por lo tanto,
las verdades reveladas en esa parábola nos presentan de manera contundente el Ejemplo Redentor a seguir y nos ayudan a
entender como debe ser el pastoreo de la gente por las iglesias.
a)
¡Buscar al Perdido! vs. 4
¡En primer
lugar, el pastor debe buscar la oveja perdida hasta encontrarla! ¿Pero cómo
sabe el pastor que la oveja se perdió? Lo sabe, porque ella no figura en la
lista de ovejas que debería estar. La parábola dice que el hombre tenía 100
ovejas, pero una no estaba. Leemos en el
texto: “¿Qué hombre de vosotros, teniendo
cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el
desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?”
El ministerio de Jesús
En el relato
de su encuentro con Zaqueo, Jesús revela que buscar al perdido es justamente la razón del porqué él vino, en el
último versículo de ese relato leemos:
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido.”
(Lucas 19:10)
Así mismo
enfrentando objeción de los “religiosos” de la época, Jesús no dejó de buscar a los perdidos, en Marcos leemos “Y los escribas y los fariseos, viéndole
comer con los publicanos y con los
pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los
publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen
necesidad de médico, sino los enfermos.
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” (Marcos 2:16-17)
Ilustración: Una vez
cuando fuimos a “Praia Grande” una de las playas más grandes y visitadas de
Brasil, nuestra hija Thais se alejó de nosotros y se perdió en medio de la
multitud. Inmediatamente nosotros como
padres empezamos a buscarla y lo hicimos de todas las maneras que podíamos
hacerlo, nuestra prioridad e intención no era otra que poder encontrarla lo más
rápido posible.
¡Jesús busca a los perdidos de manera mucho más intensa!
¡Jesús busca a los perdidos de manera mucho más intensa!
El ministerio de la iglesia
Presentando
su testimonio a los Corintios el apóstol Pablo presenta como la iglesia también
puede y debe buscar al perdido de
manera urgente e intensa, él dijo: “Por
lo cual, siendo libre de todos, me he
hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como
judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo
no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que
están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin
ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar
a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a
los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a
algunos.” (1 Corintios 9:19-22)
b)
¡Cargar al Desviado! vs. 5
¡En segundo
lugar, el pastor debe cargar la oveja perdida en los hombros! Cargar en los
hombros significa reconocer que la oveja perdida está herida, desorientada y
necesita de apoyo y cuidado. La parábola dice que el hombre aceptó ese peso con
gozo. Leemos en el texto: “Y cuando la encuentra, la pone sobre sus
hombros gozoso”.
El ministerio de Jesús
El Señor
Jesús vino para llevar el peso más grande que podría pesar sobre el ser humano
que es el pecado y su condenación eterna.
El profeta Isaías lo anunció profetizando: “Ciertamente llevo él
nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53: 4-5.
En Mateo
leemos que él verdaderamente lo hizo: “Y
cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó
a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por
el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó
nuestras dolencias.” (Mateo 8:16-17)
El Salvador
invitó y continúa invitando al ser humano a deshacerse de la extremosa carga
del pecado diciendo: “Venid a mí todos
los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo
sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga.” (Mateo 11:28-30)
Ilustración: Cierta
oportunidad un conductor de una pick up se conmovió al ver una señora pobrecita
que cargaba un tremendo saco en la cabeza. Le ofreció llevarla para aliviar su
peso. La señora lo aceptó y subió atrás.
Poco tiempo después el conductor observó por el retrovisor que la señora estaba
sentadita atrás del pick-up, pero continuaba con el tremendo saco en la cabeza.
Solamente si
compartimos con el Señor aquello que nos sobrelleva, él podrá aliviarnos.
El ministerio de la iglesia
Hablando a
sus discípulos, Jesús les instó a ser diferentes que los escribas y fariseos “Así que, todo lo que os digan que guardéis,
guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y
no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen
sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.”
(Mateo 23:3-4)
Pablo
refuerza esa enseñanza cuando escribe a los Gálatas diciendo: “Sobrellevad los unos las cargas de los
otros, y cumplid así la ley de Cristo.” (Gálatas 6:2)
c)
¡Celebrar al Recuperado! vs. 6
¡En tercer
lugar, el pastor debe celebrar el arrepentimiento de la oveja! La celebración es resultado de la alegría
incontenible del reencuentro. La parábola dice que el hombre promovió una
fiesta de celebración junto a sus amigos.
Leemos en el texto: “y al llegar a
casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he
encontrado mi oveja que se había perdido.”
El ministerio de Jesús
Al término de
la parábola de la oveja perdida, Jesús
enseñó que los cielos hacen fiesta y celebran
al recuperado, él dijo: “Os digo que
así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por
noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” (Lucas 15:7)
Prácticamente
el mismo Señor también enseñó al término de la parábola de la moneda perdida,
donde leemos: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por
un pecador que se arrepiente.” (Lucas 15:10)
También al
término de la parábola del hijo pródigo, el Señor le explica al otro hijo que
quedó indignado con el Padre: “…Hijo, tú
siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer
fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se
había perdido, y es hallado.” (Lucas
15:31-32)
Ilustración: El animador
del certamen del “Miss Universo” 2015 (Steve Harvey) equivocadamente anunció a
la señorita de Miss Colombia como vencedora, ella y todos sus seguidores
comenzaron a celebrar, cuando repentinamente aparece el animador en el
escenario y se disculpa por haber cometido un error, anunciando a otra señorita
como la nueva vencedora, Miss Filipinas. Aquellos que ya celebraban quedaron
estupefactos, mientras la nueva ganadora y sus seguidores pasaron a celebrar.
El Señor no
se equivoca en celebrar el nombre de aquellos que recupera.
El ministerio de la iglesia
Después que
Pablo y Silas predicaran al carcelero, ellos fueron a su casa donde fueron cuidados por él y
juntos celebraran, Hechos 16:34 dice: “Y
llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de
haber creído a Dios.”
Conclusión
La parábola
de la oveja perdida nos presenta de
manera contundente el Ejemplo Redentor a seguir.
Buscar
al perdido, cargar al desviado y celebrar al recuperado es lo que
Jesús hizo por la humanidad incluyendo a nosotros y es lo que nos invita a
hacer por los demás.
Como a Pedro,
el Señor nos pide que pastoreemos su rebaño.
Por haber sido pastoreados por el propio Jesús, tenemos condición de
pastorear a otros.
Esa es la
voluntad del Señor para su Iglesia.
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