¡Parámetros Sanos!

 “¡Parámetros Sanos!” - Génesis 2:15-3:19 y 4:6-4:15

Cuando Dios en el Edén creó al mundo, él estableció algunos principios de gobernanza que se mantuvieron a través de toda la biblia y que deben servir como base de la gobernanza hoy día.

La palabra “gobernanza” proviene de la palabra “gobierno” y significa “el buen gobierno”, por veces confundida con la palabra “gobernabilidad” que tiene la misma proveniencia, pero que significa la “posibilidad de gobernar”.

Vale recordar que la “gobernanza eclesiástica” de nuestras iglesias corresponde al consejo de cuidado pastoral del cuerpo bajo la jerarquía salvacionista, siendo dirigidos todos por Dios.  Importante entender eso porque por veces se piensa que esa responsabilidad es únicamente del oficial directivo.

De manera muy precisa y puntual Dios como creador intervino en la historia de la creación para aclarar aquello que debería y no debería suceder.

Si queremos hoy día tener “gobernanza” en nuestra iglesia, o sea un “buen gobierno”, tenemos que entender los Parámetros Sanos que Dios estableció en la creación. El texto acerca del Edén nos presenta una secuencia de eventos muy esclarecedores a ese respecto.

a)  ¡Instrucción para Consciencia!
 
El primer evento digno de mención es la manera como Dios pasó instrucción al primer ser humano Adán; y también a Caín, el hijo de Adán.

Inmediatamente después de haber creado a Adán, Dios lo puso para cuidar el huerto y le pasó las reglas para que él las supiera; así como también tuviera consciencia de sus actos futuros.
En Génesis 2:15-17 leemos la instrucción para Adán: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

Cuando Caín se enojó porque Dios no aceptó su ofrenda como había aceptado la de su hermano, Dios le explicó el por qué, para que él tuviera consciencia de la situación y entendiera las consecuencias que podrían tener su actitud y sus actos.

En la instrucción para Caín en Génesis 4:6-7 leemos: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.”

En ambos casos, el de Adán y Caín, vemos que Dios no forzó al hombre sobre qué decisión debía tomar, pero le dio el libre arbitrio para que el eligiera como quisiera, igual le explicó las consecuencias que sus decisiones podrían tener.

Ese mismo patrón de instrucción para consciencia podemos ver también en el ministerio de Jesús con sus discípulos en el nuevo testamento. Antes de enviar los setenta en misión, Jesús los instruyó diciendo: Lucas 10:3-11 “Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.

¡Si queremos hoy día ser una iglesia que sigue los parámetros sanos de Dios, ser una iglesia donde hay gobernanza, tenemos que ser una iglesia que instruye para consciencia!  Tenemos que instruir, instruir e instruir. Nuestra gente no puede ignorar que tiene el libre arbitrio, la libertad de elegir lo que quiere, pero que las decisiones que tomen traerán sus consecuencias.

b)  ¡Evaluación para Veracidad!

El segundo evento digno de mención es que después de pasar las instrucciones para Adán y Caín, Dios volvió para saber cómo seguían las instrucciones dadas. Dios hizo una evaluación para veracidad.

Después de haberle instruido cómo cuidar del huerto y dejarle para hacerlo, Dios vuelve para ver como Adán ejecutaba la tarea.

En Génesis 3:8-11 leemos acerca de la evaluación de Dios a  Adán: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses?”

Después de haber instruido a Caín en cuanto a su actitud y actos, Dios vuelve para ver qué había sucedido entre los hermanos.

En Génesis 4:9-10 leemos acerca de la evaluación de Dios a Caín: “Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.”

En ambos casos, tanto Adán como Caín, vemos que Dios volvió para ver la situación real de ellos. Tanto uno como el otro hicieron mal uso de su libre arbitrio; eligiendo mal y Dios de inmediato les confronta con la verdad.

Interesante que ese mismo patrón de evaluación para veracidad también se vio en el ministerio de Jesús con sus discípulos en el nuevo testamento. Cuando los setenta discípulos regresaron  presentando sus informes de la misión cumplida, Jesús les evaluó confirmando su relato: “Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones”  (Lucas 10:18-19)

¡Si queremos hoy día ser una iglesia que sigue los parámetros sanos de Dios, ser una iglesia donde hay gobernanza, tenemos que ser una iglesia que evalúa para veracidad!  Tenemos que evaluar, evaluar y evaluar.  Nuestra gente no puede seguir abandonada sin el confronto de sus actitudes y actos con la verdad de Dios.

c)  ¡Corrección para Restauración!

El tercer evento digno de mención es el castigo aplicado por Dios para las situaciones de Adán y Caín; que en verdad fue una corrección para restauración. La idea no fue privarles de beneficios porque habían hecho mal, pero ayudarles a aprender hacer el bien.

Como Eva se había adelantado de manera precipitada para contestar a la serpiente, tenía ahora que dar un paso atrás y seguir a su marido. Adán por otro lado como se había retrasado de manera omisa en contestar a la serpiente, tenía ahora que dar un paso adelante y liderar a su esposa. Eva tenía que aprender a ser segunda, y Adán tenía que aprender a ser primero.

En Génesis 3:16-19 leemos acerca de la corrección aplicada a Adán y Eva: A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”

A pesar de su grave delito Dios permitió a Caín continuar viviendo aunque lejos de su tierra y le puso una señal de protección.

En Génesis 4:11-15 leemos acerca de la corrección aplicada a Caín: “Ahora, pues, maldito sea tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.  Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.  Y dijo Caín a Jehová; Grande es mi castigo para ser soportado. He aquí me echas hoy de la tierra, y de su presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.  Y le respondió Jehová; Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso un señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.”

En ambos casos, Adán como el de Caín, vemos que Dios aplicó el castigo solamente después de haber anunciado la primera promesa acerca del redentor (Génesis 3:15).  Eso es muy significativo, pues revela  que la intención de Dios no era hacer perecer la humanidad pero sí salvarla.

Ese patrón de corrección para restauración también fue demostrado por Jesús con los discípulos. Inmediatamente al evaluar el relato de los setenta discípulos que regresaron, el señor les corrigió en cuanto a la motivación que debería existir en ellos: Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”  (Lucas 10:20)

¡Si queremos hoy día ser una iglesia que sigue los Parámetros Sanos de Dios, ser una iglesia donde hay gobernanza, tenemos que ser una iglesia que corrige para restauración!  Tenemos que corregir, corregir y corregir.  Pero debemos hacerlo buscando incluir y reintegrar a la gente sin jamás excluirla y descartarla.

Conclusión

Como hijos de Dios y miembros del Ejército de Salvación los Parámetros Sanos nos afectan en el nivel personal como colectivo. Como iglesia del Señor debemos vivir en esos parámetros y también difundirlos.

Así como Dios nos instruye para consciencia, nos evalúa para veracidad y nos corrige para restauración, nosotros debemos actuar de igual modo en relación a nuestros hermanos. 


¡Así como Dios preguntó a Adán: ¿dónde estás? él nos pregunta lo mismo! ¿Qué vamos a responder?

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