¡Soldado Pinocho!
Pinocho es una marioneta de madera originalmente creada en 1882 por Carlo
Collodi en su libro “Las aventuras de Pinocho” más popularizada en 1940 en la
película “Las aventuras de Pinocho” producida por los estudios de Walt Disney.
Lo curioso del títere Pinocho es que su nariz crecía cada vez que él decía
una mentira. Esa realidad imaginaria nos hace pensar ¿qué tamaño tendrían
nuestras narices si eso ocurriera de verdad entre los humanos? Para contestar esa pregunta, la idea no es comparar el
tamaño de nuestra nariz con la nariz de los otros, pero sí mirarnos en el
espejo para analizar si nuestras palabras contienen verdades o mentiras.
Hay una tendencia en
nuestros días que equivocadamente se piensa que las mentiras “blancas” o, como
se dice las mentiras vanidosas, son necesarias para la buena convivencia entre
las personas. O sea, es necesario decir
solamente el aspecto conveniente del asunto y evitar la parte que incomoda, de
esa manera todos quedan felices.
El problema es que
no se puede construir sobre las mentiras, pero sí sobre las verdades. Eventualmente
las mentiras son descubiertas y destruyen por completo la aparente buena
convivencia deseada. Es justamente eso lo que Jesús buscó alertando a los
discípulos que, para construir relaciones profundas y no meramente
superficiales, uno necesita aprender a decir la verdad en amor, pues eso
edifica a todos.
Para construir
relaciones profundas tenemos que desarrollar nuestra capacidad de decir la
verdad sin evitar la parte incómoda del asunto, mencionarla con amor y de
manera que el otro así la entienda y reciba. Eso nos lleva a considerar no sólo
el momento de querer decir las cosas al otro, sino también considerar el
momento donde él pueda tomar en cuenta aquello que queremos decirle y a la vez
estar abiertos al comentario que él tenga respecto a nosotros.
¡Ciertamente que
al mirar al espejo vemos algo de pinocho en cada uno de nosotros, el desafío es
poder mirar ahí y ver Jesús!
¿A quién ves
cuando miras al espejo? ¿Cómo deshacernos de Pinocho?
(Jesús y los juramentos, Mateo 5:33-37 – La verdad los
hará libres, Juan 8:31-47)
La verdad nos hace libres!
ResponderBorrarMuy buena analogía y reflexión. El tema de la verdad en forma muy practica y aplicativa.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo Comisionado, Bendiciones.
Tiene mucha razón, muchas veces las personas evitamos decir la verdad, por miedo a que esta se torne dolorosa, pero finalmente nos damos cuenta que de esa manera resultará peor, no hay nada como decir la cosas o ser sincero, pero siempre de manera asequible, recordando que el que está delante nuestro es nuestro prójimo.
ResponderBorrarDesde que aprende este principio he tratado de ponerlo en práctica, muchas veces es difícil, pero siempre resulta mejor que cualquier otra cosa.
Bendiciones y gracias por el tema.