Sangre Azul

La expresión sangre azul era antiguamente usada para denominar aquellos que nacían en familias reales. Los de la realeza no necesitaban trabajar duro bajo el sol, por lo tanto, tenían una piel clarita casi transparente a través de la cual podían verse sus venas azules.

En una oportunidad escuché a un psicólogo especialista en desarrollo personal decir que sí uno quiere tener éxito en la vida debe elegir bien a sus propios padres. Ciertamente que nacer en una buena familia y recibir una buena educación de nuestros padres es una enorme contribución hacia el éxito en la vida.

Tal vez nos hubiese gustado haber nacido en una cuna real o tener como padre el científico Einstein, el evangelista Billy Graham, o el emprendedor Steve Jobs, pero eso no sucedió. La realidad es que uno no elige qué padres tener o en qué familia nacer, nacemos en el hogar que nacemos y tenemos los padres que tenemos.

Si esto es verdad en la vida natural, lo mismo no se aplica en la vida espiritual, pues la biblia enseña que Dios ya ha hecho lo necesario para que todos sean sus hijos. El sacrificio de Jesús es la providencia que garantiza nuestra adopción por el padre celestial. ¡La verdad es que Dios desea que todos sean sus hijos!

No podemos elegir a nuestros padres naturales, pero sí podemos aceptar ser hijos de Dios. Como sus hijos podemos disfrutar de su herencia que incluye el Espíritu Santo que puede estar con nosotros y en nosotros guiándonos, apoderándonos y confortándonos cada día.

¡Quizás nuestra sangre no es azul, tampoco nuestro padre es un Superman, sin embargo, tenemos un tremendo privilegio porque nuestro padre celestial nos coloca en su familia y nos concede todo lo que necesitamos para tener éxito en la vida!

¿Qué herencia has recibido de tu familia natural?
¿Cómo usas la herencia recibida de tu familia espiritual?


(Hijos de Dios, Juan 1:12-13 – Herederos de Dios, Gálatas 4:4-6) 

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