¡Síndrome del Edén!

Cuando Dios creo a Eva en el Edén, Adán quedo súper feliz.  El había vivido solo, viendo a todos los animales con sus parejas, pasó finalmente a tener su propia compañera exclusivamente para él. La armonía del Edén parecía por fin estar totalmente completa, pues sus momentos de soledad habían terminado.

Bastó que surgieran los primeros problemas para que esa aparente felicidad y armonía fuesen interrumpidas.  Cuando Dios les apareció queriendo saber quién había desobedecido sus órdenes, Adán no titubeó en apuntar a Eva, que por su vez no titubeó en apuntar a la Serpiente. El primero transfirió la responsabilidad por el error al segundo y ese la transfirió al tercero.

Interesante que la armonía del Edén no fue interrumpida por la Serpiente, más sí por la incapacidad de Adán y Eva en obedecer a Dios y asumir su responsabilidad por el error cometido.  Lanzar la culpa del error a Eva no eximía Adán y lanzar la culpa a la Serpiente no eximía a Eva. Adán y Eva fueron cómplices en la desobediencia.

Frecuentemente actuamos de igual manera pensando que al culpar a otros podemos eximirnos de nuestros errores. La verdad es que los únicos responsables por nuestros pecados somos nosotros mismos. No podemos lanzar la culpa a la otra persona y tampoco podemos lazarla al Diablo. Nosotros somos los únicos responsables por nuestros errores. 

Por veces, me pregunto si Dios no habría dado otro rumbo a la historia, sí Adán hubiese simplemente asumido su culpa y responsabilidad en vez de esconderse detrás de Eva y de la Serpiente.  Eso quizás jamás lo sabremos, pero lo que sí sabemos es que, en el Nuevo Testamento, el hijo prodigo asumió su culpa, volvió al padre y fue perdonado.

¡En vez de trasferir la culpa de nuestros errores, asumamos nuestros pecados, confesémoslos a nuestro buen Padre celestial y seamos perdonados, sí así hiciéremos, nuestra felicidad y armonía sería completa!

¿Por qué tenemos dificultad en confesar nuestros pecados? ¿Cuánto confiamos en nuestro Padre celestial?


(Desobediencia del hombre, Génesis 3:1-13 – El hijo prodigo, Lucas 15:11-24)

Comentarios

  1. Hermosa reflexión.... Y esta actitud están común. Como la podemos corregir. Dios le bendiga comisionado.

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  2. esta practica es un habito que lo hemos aprendido, en algunos casos por nuestros antepasados, Padres familiares, amigos profesores y el sistema en que nos rodea, nos hemos vuelto expertos en traspasar la culpa y responsabilidad a otros anulando asi una de las cosas mas maravillosas que nos ha dado El Padre celestial, "la conciencia", ella nos acusa (para bien) y nos excusa (para mal), pero la decisión sigue siendo nuestra, por lo demás creo que se nos hace difícil confesar nuestros pecados por que a menudo olvidamos la esencia de nuestro Padre, (perdonador y amoroso), aunque el justo cae siete veces, siete veces Dios lo levantara.

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  3. Lamentablemente en nuestra cultura reconocer los propios errores puede ser entendido como señal de debilidad cuando en verdad hacerlo significa exactamente el opuesto, además de ser una enseñanza bíblica.

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  4. Las enseñanzas en las escrituras trascienden el orden cultural, sin lugar a dudas, ya que busca la expresión del Reino de Dios.
    La libertad de elección es si misma es una responsabilidad, cada momento de nuestro vivir , nos enfrentamos a múltiples decisiones que se traducen en éxitos o fracasos, cada persona tiene la responsabilidad sobre sus decisiones y cada eventualidad en su mayoría son respuesta a estas decisiones, es hermoso ver como el hijo prodigo tomo la decisión de regresar a su familia, y encarar las consecuencias de sus actos. Por infinita gracia, la justicia de Dios no es la nuestra y encarar nuestros pecados, errores y sus consecuencias ante Dios, arrepentimiento, nos lleva al perdón y a la vida.... Gracias por sus palabras Comisionado.

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  5. Excelente Reflexión y una gran verdad . nuestra naturaleza pecaminosa lleva a actuar como lo hicieron nuestros primeros padres pero nuestro buen Dios dice en su palabra qué debemos conversar con el de nuestras justicias y ponernos a cuentas con él te invito a leer Isaías 43 26 bendiciones

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