Tal padre, tal hijo

Cuando mis hijas eran pequeñas las encontré una vez enfrentándose. La más grande con tan solo cuatro años golpeaba a su hermanita que tenía apenas dos años. Yo instintivamente intervine y dando algunas palmadas a la más grande le repetía: “no puedes golpear a tu hermanita, pues ella es más pequeña que tú”.

Ella por su vez me miraba perpleja y sin decirme una palabra, pero sus ojos parecían hablarme: “¿sí tengo cuatro años y no puedo golpearla por ser menor, por qué puedes tú con treinta años golpearme a mí que solo tengo cuatro?” En ese momento comprendí que sí quisiera verdaderamente enseñar a mis hijas, definitivamente mis acciones serían más importantes que mis palabras.

Los hijos nos ven casi las 24 horas al día, podemos decirles lo que queremos, pero no serán nuestras palabras sino nuestros comportamientos que les influenciarán a mejor o peor. Si vamos a seguir la recomendación bíblica para instruir a los niños en el camino del Señor desde pequeños, ellos deben vernos en esos caminos para que crean en nuestra instrucción.

Conocedores de nuestra propia imperfección, por veces nos sentimos inadecuados e incapaces para servir como modelos de la generación futura. Sin embargo, lo necesario no es que seamos perfectos, sino que seamos verdaderos. 

Más adelante pude disculparme con mi hija y decirle cuanto la amaba, así como también cambiando mi comportamiento para demostrarle que aquellas no eran apenas palabras vanas.  Ella pudo aprender que yo no era perfecto, pero reconocía mis errores y buscaba mejorar, y ella por su vez también aprendió que no era perfecta y que también podía reconocer sus errores y mejorar.

Sí somos o no somos padres, la futura generación nos mira y seguirá nuestro ejemplo. La Biblia fuertemente nos alerta para que seamos un modelo digno de ser seguido, caso contrario pagaremos por descaminar los pequeñitos del Señor. Lo genial es que, sí seguimos a Cristo, Él nos ayuda a mejorar nuestro comportamiento.

·         ¿Cuáles comportamientos de los adultos te influenciaron de niño?.
·         ¿Cuáles comportamientos tienes que no son dignos de ser seguidos por los niños?


(Instruir al niño, Proverbios 22:6 – No descaminar los pequeñitos, Lucas 17:1-2)

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